El viaje del héroe

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Cada experiencia que vives te lleva a tu propio viaje del héroe.

El viaje que realizas día tras día es un viaje interior, que tiene lugar paso a paso.

Aunque hoy tengas la posibilidad de anticiparte a la visión de un lugar que quieres visitar a través de la tecnología, esta consulta nunca te devolverá el valor de la experiencia que puedes vivir realmente permitiéndote la posibilidad del viaje.

El héroe que se permite vivir su vida como un viaje eres tú cuando aceptas cada experiencia como una oportunidad de transformación profunda.

El viaje del héroe: ruta y destino

La experiencia decisiva en un viaje es el camino, no el destino. Es el camino el que te permite enfrentarte a tu Ser, descubrir tu Unicidad.

Al fin y al cabo, el objetivo puede ser el estímulo decisivo para salir, el deseo profundo que te ayuda a experimentar el cambio.

Sin embargo, el verdadero cambio se produce paso a paso, en el camino hacia la ansiada meta.

La vida también puede verse como un camino de preparación para el momento final de abandonar el cuerpo terrenal.

Pero esto no resta valor al desarrollo de la vida misma, día tras día. Captar la belleza de cada momento de tu historia es una forma de experimentar la eternidad.

Por encima de todo, el viaje te permite experimentarte a ti mismo.

En cada obstáculo, fatiga, contratiempo, prueba que encuentres en el camino, lo que realmente puedes aprender es cómo te relacionas con este cambio.

La singularidad de cada viaje

Cada experiencia de viaje es única. Las situaciones a las que te enfrentas, incluso a lo largo de la misma ruta, se presentan de forma diferente cada vez.

Imagina que haces el mismo viaje a pie, en bicicleta, en coche, en autobús o en avión. Cada vez tienes experiencias completamente nuevas.

Con el coche sólo confías en tus fuerzas o en las de la persona que conduce por ti; con el autobús sabes que tienes que cumplir unos horarios, tienes más tiempo para mirar a tu alrededor y lo ves todo desde una perspectiva superior.

Con el tren recorres una ruta que a veces te cuesta reconocer en el paisaje cotidiano, porque está aislada y alejada de los caminos trillados. Con el avión puedes disfrutar de una vista impresionante del mundo que hay debajo, pero pierdes muchos detalles.

Incluso con sólo cambiar de medio de transporte, el mismo viaje es siempre una experiencia única. Incluso la vida, en su polifacetismo, siempre te presenta situaciones irrepetibles, por muy parecidas que sean.

El viaje del héroe: Navegación

A menudo, en el pasado, cuando la gente hablaba de un viaje significativo y estimulante, hablaba del viaje por mar.

La navegación ha sido durante siglos una imagen fuerte de conocer nuevos mundos, de abrirse a nuevas experiencias.

Incluso hoy, entre las imágenes contemporáneas que podemos evocar, la navegación desempeña un papel importante.

El acceso a la red se realiza, por ejemplo, a través de la navegación; pensando, en cambio, en el descubrimiento de nuevos mundos y espacios se habla de naves espaciales, naves entre las estrellas.

Incluso hoy, cuando el hombre busca ampliar sus horizontes, imagina un viaje en barco.

Dos tipos concretos de recipiente, la vasija, que tiene la misma etimología que jarrón, y el arca indican claramente un contenedor que encierra y protege.

La palabra arca también tiene que ver con el fondo de un pozo, donde se encierra un tesoro oculto. De este significado derivaría la palabra arcano, que indica un misterio oculto.

Por tanto, incluso en el viaje más largo y aventurero que puedas concebir, el barco es un medio para contener, para encerrar la parte más importante de este viaje.

Pero el elemento más importante y esencial es su protagonista, el héroe.

En el viaje del héroe, el protagonista, a través de mil vicisitudes, llega al premio final, el tesoro.

Este tesoro, en realidad, no es otro que el propio héroe, la transformación que ha sufrido, el cambio interior que ha experimentado.

El barco representa ese instrumento y lugar protegido que permite al héroe experimentar su propio cambio, sacar a la luz el tesoro oculto de su singularidad.

Conclusión

Lo que el viaje del héroe deja tras de sí es precisamente esta transformación.

Piensa en la experiencia de las peregrinaciones medievales que siguen teniendo tantos seguidores hoy en día, entre creyentes y no creyentes.

¿Qué motiva a muchas personas a hacer a pie, por ejemplo, el camino de Santiago de Compostela?

No se trata sólo de alcanzar el Campo de Estrellas (etimología del lugar donde termina la peregrinación jacobea), la Vía Láctea, por la que se orientaban los navegantes.

Existe, sobre todo, desafiarse a uno mismo, enfrentarse a los propios límites. Pero sobre todo, descubrir cada vez más quién eres realmente.

Cada navegación o viaje, real o interior, es una oportunidad para descubrir tu singularidad momento a momento.

El viaje puede incluir momentos de caída y momentos en los que retomas el camino con nueva energía.

Lo que queda al final, la recompensa del héroe, es la transformación que ha tenido lugar en tu interior.

Será esta transformación la que te permitirá crear una conexión de corazón a corazón con las personas con las que entras en contacto o a las que te diriges cada día.

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